La mudanza

  Siento la tardanza, pero han sido días movidos. Pero la cosa se calma a partir de ahora. ¡Ya estoy instalada en mi casa y tengo conexión a internet!

 La mudanza fue un poco rara. El viernes me vine a por las llaves y de paso me traje un maletón para aprovechar el viaje (con la gran ayuda de Alberto y Raúl, que ni me dejaron llevar la maleta un solo momento! ^_^). Al día siguiente teníamos una excursión con la resi a Gales (para eso un post entero, ahora solo el resumen) y volvimos tardísimo, cansados y calados hasta los huesos. La idea era llevarme el resto de mis cosas entonces a casa y dejar mi cuarto, ya que mi último día en la resi era el sábado, pero me ofrecieron quedarme esa noche y dejar la habitación el domingo por la mañana, y no dije que no. Así que cambio de planes, bien, me voy el domingo por la mañana, me organizo y me vuelvo para la resi que era el cumple de Alberto e íbamos a comer todos juntos. Pues no, tampoco. Al final me quede para ayudar a Ana a preparar la comida y a hacer un brownie. Terminamos comiendo casi a las 4, y entre pitos y flautas, acabe  tumbada en los sofás viendo los Cazafantasmas hasta las 7 de la tarde. Acaba la peli y ahora si, agarramos todos mis bártulos (que no eran pocos, si no recuerdo mal era una trolley de mano, una mochila y tres bolsas grandes con zapatos, chaquetas y comida) y nos encaminamos mi hacia mi casa directos! Ah no, espera... que a mitad de camino hay un pub, pues nos tomamos una cervecita, no? Y con la tontería fueron 3 o 4 cervecitas y se nos hicieron las 11 de la noche. Y en un momento en el que estaba mirando todas mis cosas y pensando que me iba a ir yo sola con ellas hasta casa, se abrieron los cielos y sonaron trompetas celestiales para que mi jefe viniera al pub, que levara coche y que pronunciara la magnífica frase: "¿Quieres que te acerque las cosas en un momento con el coche?" SÍ. ¿Qué voy a decir si no? Metimos las cosas en el coche, me acerco a casa, dejamos las cosas... y de vuelta a pub! Eso sí, la gente estaba muy arriba y querían irse de fiesta a tope (aquí haré un inciso, que es que aunque fuera domingo, el lunes era fiesta y la ciudad estaba que hervía... pero yo curraba y no era plan de abusar) pero yo no salí, me fui derechita para casa con Adriana que es mi casi vecina. Y cual fué mi sorpresa a llegar a mi cuarto (no, no creáis que la historia acaba aquí) y ver que no tenía sábanas ni edredón ni almohada ni nada de nada! Y en una de las noches más frías que he tenido aquí... Mi compi no estaba en casa, así que me tocó inspeccionar un poco todo a ver que encontraba, y me hice con un saco de dormir y una manta y con eso me apañé. ¡Por fin pude dormir en mi nueva cama!

 En realidad, el desastre no acaba ahí, ya que por la mañana no sabia ni abrir la ventana ni encender a ducha. Pero ahora ya lo sé todo (la ventana tiene una llave y la ducha tiene una cuerda de la que hay que tirar para activar un cuadro de mandos espacial que hace que salga el agua). Hasta creo que se como va lo de la recogida de basuras aquí, que no es nada fácil! Y mi compañera de piso, Shelley, es un encanto.

 Creo que me va a gustar vivir en Redland. Por muy lejos que digan que este!! :)

 Y en el próximo post, fotos.